LONDRES (AP) — Los viajeros vacunados podrán entrar a Gran Bretaña sin necesidad de someterse a una prueba de detección del COVID-19 a partir del viernes, luego de que el gobierno retiró una de las últimas restricciones impuestas en los dos últimos años en respuesta a la pandemia del coronavirus.
Los residentes británicos y los visitantes que tengan al menos dos dosis de una de las vacunas contra el COVID-19 aprobada en el país solo tendrán que cubrir un formulario de localización antes de viajar. Quienes no estén vacunados deben someterse a la prueba antes y después de su llegada al país, pero no tendrán que aislarse hasta que reciban el resultado negativo.
Gran Bretaña “tiene ahora una de las fronteras más fluidas del mundo (…) enviando un mensaje claro de que estamos abiertos a los negocios”, afirmó el secretario de Transporte, Grant Shapps.
Las aerolíneas y otras empresas de viajes celebraron el cambio en la normativa como un salvavidas tras dos años de severas restricciones. Andrew Flintham, director general del grupo de viajes Tui UK, señaló que había “una enorme demanda reprimida de viajes internacionales” y la gente está apurándose a reservar escapadas para el parón escolar de febrero y las vacaciones de Semana Santa de abril.
Gatwick, el segundo aeropuerto de Londres, dijo que el mes que viene reabrirá la segunda de sus dos terminales, cerrada desde junio de 2020.
El director general de British Airways, Sean Doyle, instó a otras naciones a seguir el “enfoque pragmático” de las autoridades británicas.
Pero algunos científicos se mostraron preocupados porque el gobierno pueda estar actuando con demasiada rapidez. El gobierno conservador del primer ministro, Boris Johnson, levantó la mayoría de las restricciones nacionales el mes pasado. La mascarilla ya no es obligatoria en la mayoría de los espacios cerrados en Inglaterra, ya no se pide el pasaporte de vacunación para entrar a locales de ocio nocturno y eventos multitudinarios y se retiró la recomendación oficial de trabajar desde casa. Las otras partes del país — Escocia, Gales e Irlanda del Norte— también han eliminado la mayoría de las medidas.
Johnson anunció esta semana que espera retirar la última restricción — la cuarentena obligatoria para quienes dan positivo — a finales de febrero como parte de un plan para convivir con el COVID-19 en el largo plazo. Las autoridades señalaron que el gobierno tiene previsto cambiar las restricciones legales por medidas aconsejadas y tratar al coronavirus como si fuese la gripe a medida que se vuelve endémico en el país.
Los científicos se mostraron sorprendidos con el anuncio de Johnson. Tim Spector, epidemiólogo en el Kings College de Londres, dijo que era “una declaración más de tipo político que científico”.
Gran Bretaña tiene la tasa más alta de decesos por coronavirus en Europa después de Rusia, con más de 159.000 muertes confirmadas oficialmente. El país ha registrado un descenso tanto en los contagios como en las hospitalizaciones desde el pico de la ola impulsada por la variante ómicron a principios de enero.
Las autoridades atribuyeron a la campaña de refuerzo de la vacunación el evitar que los casos de ómicron saturasen el sistema hospitalario. El 84,6% de la población británica de más de 12 años ha recibido dos dosis de la vacuna, y casi dos tercios tienen la tercera.